miércoles, 25 de enero de 2012
La alegría afirma la vida, ilumina tu alma, convierte tus ojos en faros. La alegría mantiene vivo el niño que llevas adentro. La alegría te ayuda a ver la vida como un juego, diluye la espesura del drama. Vuelve nuestra vida más ligera. Hace que la desesperación sea menos desesperante, que el dolor duela menos y que el placer sea más placentero. La alegría lima asperezas, nos reúne, nos anima a compartir. La alegría te da paz. La alegría nos predispone al amor, a la pasión, a la aventura. La alegría baja las defensas inútiles y mejora el sistema inmune, y lo mejor: es gratis. La podes encontrar en un beso, en un bebé, en la música. La alegría es eso que dejas pasar buscando eso que se supone que te dará alegría. La alegría es el único virus bueno y muy contagioso. Si lo dejan, claro. La alegría es una fe profunda en el futuro. La alegría es una puerta abierta a nuestro verdadero ser.
Cuando conocés al amor de tu vida, para bien o para mal te cambia y para siempre. Un amor así, en un segundo puede hacerte la persona más feliz y en otro la más desdichada, cuando te llega el amor de tu vida no hay recurso de amparo posible, de ese amor va a depender tu felicidad o tu ruina. No te queda otra, por el amor de tu vida dejás todo, hacés cualquier renuncia por él. Por el amor de tu vida tomas decisiones, decisiones acertadas o no, eso es lo maravilloso del amor de tu vida, que te puede traer alegrías, tristezas, a veces de las dos, pero es importante vivirlo, sabés? Porque para bien o para mal, el amor siempre trae sus frutos.
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